Vivimos en un momento ciertamente difícil, no solo por lo que estamos viviendo actualmente tanto económica como laboralmente, sino por el estilo de vida que cada día llevan muchas personas.
Suele ser común que cada día se diagnostiquen más casos de estrés, ansiedad o depresión. Respecto a los dos primeros trastornos, ambos suelen estar muy relacionados con el estilo de vida que, en la actualidad, tendemos a llevar, en el cual es muy habitual que vayamos siempre de un lado para el otro sin apenas pararnos a descansar y a disfrutar del momento.
Teniendo en cuenta que el estrés es considerada como una emoción mal gestionada, con la que nuestro organismo se activa para tratar de hacer frente a situaciones poco cotidianas o excesivas, y que a día de hoy tendemos a sobreexcedernos con todo lo que debemos hacer cada día, es normal que el estrés sea uno de los trastornos que padecen más personas en nuestra sociedad.
Lo mismo ocurre con la depresión, aunque en este caso el problema tiende a ser más complejo y central, dado que no sólo tiene que ver con el propio estado de ánimo de la persona, sino que también pueden influir causas como una alimentación desequilibrada o la falta de determinados neurotransmisores.
Acudir al Psicólogo una vez al año
Plantéate por un momento cuántas veces acudes a tu médico de cabecera cada año: ¿a que seguro que más de una o dos veces? De estas veces, ¿cuándo realmente lo haces porque te sientas enfermo o muy mal? Tanto si te encuentras mal como para realizar una prueba diagnóstica, la mayoría de los españoles acuden a su médico de cabecera al menos dos veces al año de media.
En caso de ser esto así, ¿por qué no hacer lo mismo con el Psicólogo cuando, por ejemplo, nos sentimos emocionalmente mal o necesitamos un poco de ayuda externa para sobrellevar el día a día?. Ello se debe principalmente a que muchas personas relacionan erróneamente la visita al psicólogo con un problema de salud mental, cuando lo cierto es precisamente todo lo contrario.
Por este motivo, muchos especialistas recomiendan acudir al Psicólogo –al menos- una vez al año. Principalmente porque, cada día, tendemos a acumular vivencias y experiencias que, en determinados momentos, pueden llegar a superarnos.