Para muchos este fin de semana terminan las vacaciones, y aunque sea septiembre consideramos que empezamos nuevo curso, nuevos proyectos y nuevos propósitos.
Uno de los más habituales en esta época (aparte de empezar una colección) es proponernos perder “los kilitos” que hemos cogido en verano, pensamos que somos capaces de bajarlos solos y que comiendo muy poquito o quitándonos el pan, la cerveza, las patatas fritas… estará hecho.
Pero por qué no proponerse bajarlos, pero bajarlos bien para no volver a recuperarlos y la mejor manera es ponerse en manos de médicos especialistas en nutrición, ellos son los que tras un estudio de nuestro estado de salud van a proponernos una dieta adecuada y personalizada para, de manera progresiva, ir perdiendo peso y lo que es más importante aprender a comer, puesto que es lo que nos va a ayudar a no recuperar los kilos que perdamos y mantenernos en el “peso ideal”.
El propósito de perder kilos con una dieta debe de ir acompañado del propósito de hacer ejercicio. Es en este mes cuando se da el mayor número de altas en los gimnasios, donde vamos a poder mejorar nuestra forma física, reducir el estrés…
Aunque el ejercicio también lo podemos hacer en casa, lo bueno de un gimnasio es que, al igual que con las dietas, nos ponemos en manos de profesionales que van ayudarnos a saber qué ejercicios son los más adecuados para cada uno de nosotros en función de nuestro estado de salud, objetivos (tonificación, resistencia, coordinación…), y también nos van a ayudar con la motivación, importante para aquellos que se apuntan y desapuntan del gimnasio varias veces al año.
En todo caso, plantéate un objetivo a corto plazo, que sea alcanzable y rodéate de profesionales que te ayudarán a conseguirlo,.