El hígado es uno de los órganos más importantes de nuestro cuerpo, especialmente porque se encarga de la realización de una gran variedad de funciones indispensables para la vida. Entre éstas, destaca la metabolización de las grasas, almacena y libera el azúcar, produce colesterol y las proteínas del plasma sanguíneo, entre otros.
Diferentes trastornos de salud o hábitos pueden repercutir seriamente en su buen funcionamiento, como seguir una alimentación poco saludable o mantener hábitos poco saludables, como es el caso del alcohol o el tabaco.
Pero, aunque muchas personas no lo conozcan, tanto el sobrepeso como la obesidad pueden tener consecuencias para el hígado ciertamente graves para su salud.
Consecuencias de la obesidad para el hígado
Dentro de las diferentes consecuencias de la obesidad para el hígado nos encontramos con el trastorno que médicamente se conoce como esteatohepatitis, que popularmente es llamado con el nombre de hígado graso no alcohólico.
Es un padecimiento muy común, que suele no producir síntomas en muchas personas, y que siempre suele acompañar al sobrepeso o la obesidad. Y que sobretodo muy pocas personas conocen, ya que puede ser grave si no se sigue un tratamiento para reducir poco a poco la grasa del hígado.
También podemos encontrarnos con el hígado graso causado por el consumo habitual de alcohol. No en vano, a diferencia de lo que podría llegar a creerse, no hace falta tomar alcohol en exceso para que la grasa de nuestro hígado aumente. Solo se requiere tomar varias copas de alcohol el fin de semana para que una persona pueda verse afectada por estos problemas.
Ambos trastornos, en caso de no ser tratados, pueden progresar a problemas más graves, como es cirrosis o cáncer de hígado. Por este motivo, perder peso y adelgazar es fundamental a la hora de prevenir las más graves consecuencias de la obesidad para el hígado.
Si lo deseas puedes leer más información, o bien solicitar una consulta gratuita.