La alopecia no entiende de sexos. Si bien en el caso de las mujeres esta no se advierte por una “coronilla” y un par de entradas, la calvicie ha dejado de ser patrimonio exclusivo de los hombres. El estilo de vida del siglo XXI ha provocado también graves repercusiones en el proceso de caída de cabello en mujeres.
Hoy día, el 30% de las mujeres mayores de 50 años sufre calvicie debido a la alteración hormonal de la menopausia, causas genéticas y la edad; y también, aunque en menor medida, a dietas desequilibradas, medicamentos y determinadas enfermedades como tiroides, infecciones, estrés, anemia, exceso de cosméticos y quimioterapia. Entre las más jóvenes (de los 18 a los 40 años), la estadística baja drásticamente hasta un 5%. ¿Y cuántas se someten a tratamiento? Según los investigadores que han facilitado los anteriores datos, un 15%.
A diferencia de los hombres, la caída de pelo en las mujeres se caracteriza por el nacimiento de un cabello cada vez más fino y que permite entrever parte del cuero cabelludo, conocido como calvicie “difusa o de corona”. El debilitamiento de la línea central, paulatinamente y de manera difusa, es el más pronunciado, mientras que los de la zona frontal se mantienen.
El estigma social suele afectar psicológicamente a las mujeres tanto o casi más que a los varones. Aunque la autoestima pueda verse minada, los especialistas insisten en que es algo que no hay que tomarse tan a la tremenda. Hoy existen tantos tratamientos como tipos de alopecia. Por mucho que tratemos de solucionar el problema por nosotros mismos (complejos vitamínicos o cosméticos), la solución es difícil de hallar si no contamos con la ayuda de un especialista: en este caso, el dermatólogo.
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