Como te comentamos hace algunas semanas en nuestro especial sobre los beneficios de la práctica de ejercicio físico, la practica tanto de deporte en general como de ejercicio en sí mismo en particular es sumamente beneficioso para nuestro cuerpo y para nuestra salud.
Por ejemplo, es útil contra el sobrepeso y la obesidad porque aumenta el gasto energético a la vez que aumenta el consumo de grasas de manera natural. Además, beneficia tanto el aparato locomotor como el sistema cardiorrespiratorio, ayuda en el metabolismo del calcio y disminuye no solo las cifras de tensión arterial, sino de triglicéridos y colesterol alto.
Y, además, es interesante ahora que nos encontramos en plenas fiestas navideñas para evitar el típico estrés propio en Navidades, ya que ayuda a desestresarnos de manera natural.
Pero existen determinadas diferentes dependiendo de si practicamos ejercicio aeróbico o ejercicio anaeróbico. Las conocemos en el día de hoy.
Principales diferencias entre el ejercicio aeróbico y el anaeróbico
El ejercicio aeróbico engloba aquellos ejercicios físicos, de media o larga intensidad, que tienen una duración más o menos larga. Con estos ejercicios nuestro cuerpo necesita quemar más grasas e hidratos de carbono para quemar energía, por lo que son ideales cuando se desea adelgazar o simplemente mantener la línea.
Sin embargo, el ejercicio anaeróbico engloba todo un conjunto de ejercicios de alta intensidad, de una menor duración, pero adecuados para fortalecer y tonificar el sistema musculoesquelético.
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