Fue en los años 50 cuando los diferentes trastornos alimentarios empezaron a aumentar hasta cotas alarmantes, en unos momentos en los que no se conocía mucho sobre la anorexia y la bulimia.
A partir de esa década, y sobretodo con el paso de los años, ambos trastornos alimenticios han ido aumentado alarmantemente cada año en la mayoría de los países industrializados.
Tal y como coinciden en señalar muchos especialistas psicólogos, una de las características principales de estos dos trastornos alimentarios es que la persona siente una necesidad imperiosa de adelgazar, un acto impulsivo que le lleva a extender esta obsesión por absolutamente todas las áreas de su vida.
Trastornos alimentarios
¿Qué es la bulimia?
La bulimia, conocida médicamente también con el término de bulimia nerviosa, es una enfermedad psicológica en el que la persona siente un miedo atroz a subir de peso y a engordar, por lo que luego de comer (generalmente con grandes atracones), se sienten mal, llegando a purgarse y provocarse el vómito, aunque también es común que abusen del consumo de diuréticos o laxantes.
¿Qué es la anorexia?
La anorexia (al igual que ocurre con la bulimia, médicamente también es conocida con el término de anorexia nerviosa), es un trastorno no solo alimenticio, sino también mental, en el que la persona siente un rechazo exagerado por su cuerpo, por su propia apariencia y por su figura, teniendo igualmente un miedo extremo a engordar.
A diferencia de la bulimia, cuando una persona sufre de anorexia no se provoca el vómito, sino que directamente rechaza cualquier tipo de comida, lo que le supone un grave riesgo para su salud.
Tal y como se indica en el siguiente gráfico, y como veremos en una nota próxima, ambos trastornos tienen relación con factores psicológicos, genéticos y sociales.