Como cualquier tratamiento médico, determinadas técnicas para la obesidad poseen algunas contraindicaciones, efectos secundarios o desventajas, aunque la mayoría tienden a ser ciertamente menores que los beneficios, propiedades y ventajas que aportan a los pacientes.
En el caso del denominado como Bypass gástrico, es una técnica en la que se deja un estómago más pequeño, el cual es directamente conectado al intestino delgado, lo que permite al paciente una pérdida de peso progresiva partir de dos mecanismos: restricción y malabsorción.
¿Por qué? Fundamentalmente porque al disponer de un nuevo estómago (más pequeño), finalmente terminará por reducir la cantidad de alimentos que consume. Y, a su vez, al estar conectado directamente al intestino, no se absorben todos los nutrientes que se ingieren, de ahí que se absorban menos calorías.
Aunque existen determinados criterios que deben ser siempre tenidos en cuenta para que esta cirugía sea o no aplicada (por ejemplo, disponer de un IMC igual o mayor de 40, o igual o mayor a 35 con enfermedades asociadas), también debemos prestar atención a sus desventajas, que debe conocer siempre el paciente; aunque es cierto que sus beneficios en relación a la pérdida de peso que se consigue con esta técnica son mucho mayores.
Principales desventajas del Bypass gástrico
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Al excluir parte del tubo digestivo se reduce la absorción de nutrientes esenciales, como son las vitaminas B12 y ácido fólico, o minerales como el hierro. Por ello requiere aportes tanto de vitaminas como de minerales de por vida.
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Al no ser ajustable, es muy difícil de revertir.
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Es necesario cortar y grapar parte del estómago e intestino delgado.
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Puede ocasionar determinados efectos secundarios, como son obstrucción intestinal, diarrea o ulcera en la unión.