Con el paso de los años, la piel va perdiendo tonicidad, debido a que el colágeno y la elastina, proteínas encargadas de dar elasticidad a la piel van disminuyendo, hay otros factores como la exposición prolongada al sol o cambios hormonales, entre otros.
La radiofrecuencia es una alternativa, en ciertos tipos de flacidez facial, a un lifting, por lo que es recomendable para todos aquellos con “miedo” a las cirugías o como tratamiento preventivo para evitar la flacidez.
¿Qué es?
La radiofrecuencia consiste en la generación de energía que provoca un calentamiento en las capas profundas de la piel y actúa sobre las fibras de colágeno, fortaleciéndolas, en un primer momento se tensan las fibras de colágeno que hay y con el paso de las semanas se genera nuevo colágeno dejando la piel más tersa.
La sensación del paciente es de calor, que es mitigado con el sistema refrigerante que lleva el equipo de radiofrecuencia, también se utiliza crema anestésica para evitar cualquier tipo de molestia.
¿Cuánto dura el tratamiento?
Dependiendo de la zona a tratar la duración de la sesión de radiofrecuencia puede ser de diez minutos a una hora; Hay personas que observan resultados tras sólo una sesión, pero es aconsejable la realización de cuatro a seis sesiones espaciadas unos quince días para notar un efecto claro y duradero.
¿Tiene efectos secundarios?
No, se puede observar en la cara cierta rojez tras las sesiones que desaparece en las horas siguientes. No puede realizarse este tratamiento personas con marcapasos. Pero como siempre decimos antes de hacerse nada hay que hablar con los profesionales para estar seguros que los tratamientos que nos realizamos sean beneficiosos y adaptados a nuestras necesidades.
¿Sólo es para la cara?
No, como el objetivo de la radiofrecuencia es el fortalecimiento del colágeno existente y producción de nuevo colágeno, puede utilizarse con muy buenos resultados en brazos, abdomen o piernas.
¿Qué diferencia hay con el fotorejuvenecimiento?
Los tratamientos de rejuvenecimiento con láser solamente actúan en las capas superficiales de la piel y no llega a las capas profundas que es donde actúa la radiofrecuencia.