El envejecimiento aparece debido a una combinación de factores intrínsecos o internos y factores externos, o sea factores de estilo de vida. El envejecimiento de la piel, en general, tiene lugar en cada una de las partes de la estructura cutánea.
El envejecimiento cutáneo afecta a cada una de las capas (1. Epidermis, 2. Dermis, 3. Hipodermis) de la piel de un modo diferente. La piel se compone de tres capas diferentes: epidérmica, dérmica y subdérmica. El envejecimiento afecta a todas estas capas, los signos de envejecimiento visibles que se muestran en cada una de ellas son diferentes.
Capas epidérmicas
- Cambios: Renovación celular más lenta, reducción de la producción de lípidos.
- Signos externos: Textura más áspera y seca, con finas líneas y arrugas. Mayor sensibilidad a la luz UV, menos eficiencia en la curación de procesos y mayor propensión a infecciones.
Capas dérmicas
- Cambios: Disminución anual del 1% del colágeno y descenso de los niveles de elastina. Reducción de la circulación sanguínea.
- Signos externos: Piel menos elástica con más probabilidad de llegar a dañarse y mayor propensión a arrugas, y a pérdida de densidad y luminosidad. Disminución del brillo asociado a la piel joven.
Capas subdérmicas
- Cambios: Disminución tanto del tamaño como del número de células adiposas. Reducción de la capacidad de diferenciación.
- Signos externos: Pérdida de volumen, arrugas más profundas y mejillas huecas. Deterioro de la autocuración de heridas.
